Aquí se acaba mi súper viaje, menos mal que ya queda poco para Semana Santa :)
Bueno, os quiero contar la historia de mi contrabajista.
El último día antes de irnos fuimos a un concierto de la Filarmónica de Praga. Me tocó en tercera fila, justo enfrente de la zona de los contrabajos.Entre ellos había un checo de unos veintipocos años, monísimo. Total, que empecé a mirarle, y a mirarle, y a mirarle... Como estaba cerca del escenario no tardó en verme cuando llegó una parte en la que no tocaba. Siempre que los contrabajos estaban en silencio, volvía a clavar su mirada en mí, y yo en él. Cuando terminó el concierto, se quedó el último. Cuando estaba a punto de salir por la puerta, se giró, buscó entre el público y, cuando me vio, me saludó con la mano y me sonrió. Aiiisss ♥ Abandonando el edificio, llamé a mi amiga: -Alma... ¡Alma mira! ¡Estoy llorando! Y no, no era de la risa... No sé, supongo que de la emoción. Estuve toda la cena (y sin exagerar) mojando el pollo con mis lágrimas mientras la gente me miraba extrañada. Y fin... |
Supongo que me sentí afortunada por que ese contrabajista se había fijado en mí entre cientos de personas, no sé...
Sin duda, el momento más extraño del viaje.
Pronto fotitos ;)
Besibesibesitos!♥
un momento para recordar por siempre*-*
ResponderEliminarQue momento más bonito, eso lo lo olvidaras nunca :)
ResponderEliminarTienes un premio en mi blog ¡Un beso!
¡Qué bonito! Por cierto, hay un sorteo en mi blog, por si quieres pasarte.
ResponderEliminarBesos desde El baúl de Penélope